Escritura Corpórea

Dentro de las fechas del 4 Octubre al 4 de Noviembre del 2017 se llevó a cabo el Ciclo denominado ORO Danza Emergente Iberoamericana en la Sala Hiroshima en Carrer Vila i Vilá 65 en la Ciudad de Barcelona. ORO es un ciclo pensado para el público general pero que contó también con actividades destinadas a profesionales del sector de la danza: un taller, una sesión de trabajo y una proyección documental. Es así que La Sala Hiroshima se caracteriza por abrir sus puertas a formatos escénicos no convencionales, aunque con cierta solidez, buscando mostrar un panorama escénico mas amplio y alternativo al que hacen otras salas de gran formato.
La Sala Hiroshima no sólo posee una vocación divulgadora de artistas emergentes iberoamericanos sino que también busca reposicionar a la danza contemporánea como uno de los géneros más ricos e impredecibles de las artes escénicas, es así que presenta una ambiciosa programación que servirá para inaugurar su nueva temporada como circuito escénico estatal con doce propuestas internacionales de la danza actual. Por lo que me compete dentro de este texto me acercaré al análisis de una pieza de las integraban este ciclo, que es: Imprenta acústica (en 14 borrones) de una aparición de Mónica Valenciano. 
Imprenta acústica (en 14 borrones) de una aparición, de Mónica Valenciano (Islas Canarias). Performance / danza.
Mónica Valenciano, bailarina y coreógrafa, Premio Nacional de Danza 2012 (en la modalidad de creación). Ha recibido su formación superior en el Institut del Teatre de Barcelona y en la RESAD de Madrid. Completa su formación con el método de yoga Iyengar, el método de danza educativa moderna de Rudolf Laban, danza improvisación, boxeo, tiro al arco y taichi en Wudang (China). Ha desarrollado su carrera pedagógica impartiendo cursos y talleres, paralelamente a su trabajo de creación; es así que a modo de referencia menciono que crea sus primeras piezas a principios de los 90’s formulando un proceso de investigación sobre El Lenguaje del Cuerpo a través de La Escritura y Acústica del Movimiento. Entre sus primeras piezas figuran: Aúpa, Puntos Suspensivos, Miniaturas y Peso gallo, por mencionar algunas; pero será importante decir que creó la Compañía El Bailadero, con la que presentó Adivina en platay que ha sido una etapa importante para el desempeño en el desarrollo de la serie denominada Disparates.
Imprenta acústica (en 14 borrones) de una aparición, fue un encuentro que se propuso a partir de un mapa-cartografía a transitar, una ruta desconocida e incierta, viajando a través de la multiplicidad de imágenes. Con una correspondencia abierta, se lanzaron cartas inciertas provenientes de una danza que confiaba en la formulación de su propio tejido. Por una parte el espacio se presenta como protagonista vinculando a lo que deja, a la huella y a el rastro. Es entonces, que la piel de ese espacio toca a quien mira, siendo capaz de alojar un blanco inesperado, una implicación.
Según Sánchez,Valenciano opta por una danza fragmentada, compuesta a partir de impulsos, de pasos truncados, de gestos retorcidos o contorsionados, de «pequeñas explosiones inesperadas». En sus coreografías de los primeros años, daba la impresión de que estuviera constantemente afirmándose a sí misma y al mismo tiempo dudando de tal afirmación.
Durante Imprenta acústica (en 14 borrones) de una apariciónse escapaban esos arrebatos de energía que tensaban y destensaban constantemente el movimiento y el tiempo escénico. Era posible vivir una trans-temporalidad, de modo que dentro de lo inesperado, era coherente con una voluntad trans-disciplinar; de ahí que tal vez la clasificación que le ha otorgado la propia Sala Hiroshima sea la de Danza/Performance. Durante los 60 minutos convertió un cuadro en una acción, una acción en un texto, un texto en una canción y una canción en un sueño. De modo que lo que se perseguía era una especie de cubismo deformante, entendido el cubismo desde una perspectiva como una especie de línea de vanguardia que multiplica las perspectivas, donde se fragmentan los trazos propios de la coreografía convencional y se exploran las superficies múltiples del performance. Un cubismo deformante que se realizaba no sólo a nivel visual, sino también a nivel verbal, gestual y dinámico, y que se trasladaba a la estructuración del espacio, del movimiento y el propio espectáculo.
EnImprenta acústica (en 14 borrones) de una aparición,es posible ver la ruptura de la forma, comenzada por la fragmentación de la cadena temporal y, consecuentemente, de la cadena lógica. Es por tanto que las sensaciones de desconcierto que se generan a lo largo de la obra, la no comprensión del hilo conductor por las múltiples fragmentaciones, suponen la real complicación de sentirse perdido saltando de un elemento a otro. La composición por su parte dejaba notar que cada intérprete podía introducir sus propios ritmos, y a la vez cortarlos, volver atrás, abandonar una y otra vez su acción, o bien dejarse interrumpir por la otra a la que momentáneamente podía seguir con un tarareo, una agitación de cabeza, canto o susurro. Pero Imprenta acústica (en 14 borrones) de una aparicióncomo tal nos da ya una señal, la impresión, que nos da el desconcierto, la constante duda y nos confronta a lo que estamos comúnmente acostumbrado: a interpretar todo, a entender todo, y sin embargo, aquí no hay que entender nada.
Se asoman tres cuestiones que la propia Valenciano menciona y que la mueven ahora: 
 la acústica del movimiento, (¿cómo suena el movimiento, cuál es su sonido, es capaz de reproducirse, sabemos identificarlo?); en segundo término la capacidad de la escritura sonora del cuerpo (la voz del cuerpo), el cuerpo de la palabra, la multifocalidad, su tactilidad, el cuerpo poliédrico y sus diferentes texturas en el espacio, y por último la percepción como estado de presencia al encuentro de esa geografía que puede abrirse paso en el interior, segregando un espacio, red capaz de tocar ese instante, presente continuo que pueda alojar ese blanco donde la mirada convoca y prende su visión”.
De ahí, la no explicación sino la implicación es lo que interesa. Lo inesperado de esa comunicación que respira entre la escena y el espectador en el sentido más contemplativo del acceso a la mirada y sus propias posibilidades de lectura. La implicación que nos permite aunque sea por un breve momento formular una pregunta, la pregunta que seguramente Valenciano aún no ha podido del todo responderse. Y es sobre la apertura de los códigos a los otros cuerpos, la capacidad de la apertura a la multiplicidad de los códigos puede que nos permita poder implicarnos, vivir y transitar por la vida con un carácter virtuoso. Imprenta acústica (en 14 borrones) de una aparición hace que esta implicación vaya mas allá de la mirada, que la implicación se haga con el cuerpo, con los cuerpos de quienes están contenidos en ese espacio, rompiendo las barreras del escenario y las butacas. Todas estamos implicadas en la incertidumbre, en la duda, todas tenemos las impresiones registradas en el cuerpo, de ahí que sea sorprendente que las interpretes no terminen con una actitud de gratitud o satisfacción al concluir la pieza en la espera del aplauso, ellas también han hecho conciencia de su implicación y la experiencia de transitar y escribir con el cuerpo la pieza en la que estuvimos implicadas todas. Una escritura conjunta, como dice Luisa Valenzuela:
un salto al vacío sin saber a ciencia cierta si abajo nos esperan las rocas o el agua. Y
después habrá que ponerse a nadar, como mejor se pueda, con el aliento concentrado en este quehacer en el que se nos va la vida”.
Imprenta acústica (en 14 borrones) de una aparición nos invita a buscar nombre a lo innombrable en crear una narración, un relato continuo a partir de una vivencia en la que se ha intentado, justamente, quebrar esa hilatura de vida: nuestra capacidad de contar y comprender. Por lo tanto esta escritura física en Imprenta acústica (en 14 borrones) de una aparición pasa a devolvernos la imagen de lo que está sucediendo en realidad. Si los cuerpos se conciben como un proceso de escritura inacabado, y los personajes se consideran un significante semi vacío que puede reinventarse, entonces existe un margen para la reescritura, aquí radica la importancia de implicación para incorporar esta experiencia extrema y volver a ser. La escritura corpórea pone de manifiesto la dimensión discursiva de toda corporeidad, y nos enfrenta al poder (una red de discursos) que pretenden des(es)cribirnos.
Bibliográfia:
  • Sánchez, José A. (1999), Mónica Valenciano: garabatos y disparates,Desviaciones, La Inesperada – Cuarta Pared, Madrid, 1999.

  • Valenzuela, Luisa (2002), Peligrosas palabras. Reflexiones de una escritora, Océano, México.
  • Adolfo Simón. (10 de Octubre de 2014). Mónica Valenciano nos habla de su trayectoria y proyectos.«Que revienten los artistas», Madrid, España.
  • Grupo interdisciplinar Cuerpo y Textualidad, de la Universitat Autònoma de Barcelona. (Julio de 2009). La escritura corpórea en la narrativa de Luisa Valenzuela. 2009, de Universitat Autònoma de Barcelona. Sitio web: http://cositextualitat.uab.cat/web/wp-content/uploads/2011/03/La_escritura_corporea.pdf

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