Estudio para uno

Hola Bruno, que tal?

Todo bien Gracias y tu Bruno?.

Dime que estas haciendo actualmente?

Recientemente he descubierto el agua tibia (ríe Bruno), si he descubierto el agua tibia pero desde un acercamiento a una técnica en concreto: el Flamenco. Me remito a esto porque para mi el actualmente, es el tiempo presente. Es así que después de dos años de inmersión a una técnica en la cual no me imaginaba el poder ejecutarla me sorprendo de verme a mi mismo totalmente inmerso.

Pero tu eres un bailarín que proviene de una formación del ballet clásico y de la danza contemporánea, que son las formas mas depuradas de hacer danza. ¿Porqué hacer flamenco?.

Hay muchas explicaciones, entre las que primeramente puedo encontrarme con la suerte de haber tenido un maestro excepcional (Juan Carlos Lérida), la segunda en que el flamenco ha logrado conectar como diría Pauline Oliveros con mi parte intuitiva y emocional de mi personalidad, una tercera porque rompe con el paradigma ortodoxo sobre a que cuerpos se les permite bailar flamenco (solo a los cuerpos españoles), pero como sabes yo soy mexicano, y la cuarta y última razón es porque el flamenco hace ruido.

Lo último parece interesante. ¿El flamenco hace ruido?. Yo tenía otra idea completamente diferente donde la maestría de los bailadores, músicos y cantaores creaban una armoniosa composición y que además esta composición tradicional esta sujeta a estrictos cánones artísticos.

En efecto, tienes toda la razón el flamenco tradicional, el que es comúnmente enseñado, comercializado y aprendido es así y las instituciones y los conservatorios son los encargados de mantener esta consigna. Es un canon artístico muy estricto y preciso. Pero para mi el flamenco, me ha dado la posibilidad de descubrir la manifestación de mi cuerpo. En un sentido estricto y durante este último trabajo he descubierto la razón por la cual me he sentido atraído al flamenco, y no es su complejo campo artístico, es en pocas palabras el “zapateado”. En el zapateado he encontrado algo que en mi formación académica se me había negado, el ruido. En el ballet clásico y el contemporáneo como danzas occidentales o lideradas por Europa y Norte América buscan la tecnificación de los cuerpos, ya sea el ballet clásico por medio de complejos sistemas o la danza contemporánea argumentando su “neutralidad” de movimiento, aspectos a los cuales me he sometido, pero anulan mi espontaneidad.

¿Puedes explicar porque haz hecho una extracción del zapateado?

En el zapateado he podido encontrar un movimiento o una acción que detona algo en mi. Gracias al movimiento de pelvis de Shirley Harthey como fundamento de su trabajo titulado “Juck”, he podido identificar que en mi práctica flamenca lo que me ha enganchado a ella, y encontré que es el zapateado y sus consecuencias. El zapateado para mi, como bailarín es un trasgredir las reglas de lo occidental haciendo ruido. Ese ruido me ha reflejado información, es como un telegrama abstracto que no puedo descifrar, que envía un mensaje al espacio a través de mi cuerpo y que vuelve a mi mismo. De tal manera que me he puesto a probar que el zapatear produce en mi cuerpo una energía de expulsión y que hace poco gracias a tecnosomatics, una práctica de Frédéric Gies, es que puede relacionar esto con la circulación arterial-circulación venosa. En pocas palabras para mi el zapateado me conecta en diferentes niveles, tanto el kinético, el perceptivo, el somático, el social, el artístico y también el político.

Bien, ¿pero no crees que puede existir el problema de la apropiación cultural?

He sido cuidadoso en ese aspecto, primero porque he realizado un estudio de este campo artístico no solo desde de la práctica, sino también desde la antropología, la historia, la sociología y la filosofía. Y claro que directamente se me puede acusar de apropiación cultural, pero si vamos al desarrollo y a la concreción del flamenco como danza, encontraremos muchos aspectos que la han instrumentalizado, tales como la apropiación misma de la blanquitud fascista durante la época de Franco, la importación de una danza elaborada por exiliados como identidad nacional y por último la titularidad de la Organización de Naciones Unidas, estableciendo al flamenco como un patrimonio inmaterial indestructible. Ahora como concepto estricto, no estoy lucrando con el flamenco, mas bien, me remonto a un concepto básico y he buscado compartir mi experienciación con otros bailadores de flamenco. De tanto es así que he tenido charlas con mi propio profesor Juan Carlos Lérida, Paloma Madrid y Sofía Castro con respecto a este tema, intercambiando opiniones, y si el cuerpo blanco español se apropio del flamenco gitano, yo como persona racializada proveniente de un país colonizado, en todo caso estaría haciendo un poco de justicia histórica.

Este trabajo se titula “Saca el cuerpo a Pasear: Estudio para uno.”, ¿Qué es?.

Para mi es un acercamiento a estas experiencias (kinéticas, perceptivas, somáticas y políticas), que me brinda el hibridismo. Sacar el cuerpo, para mi no es mostrarlo, es llevarlo a transitar por todo aquello que me produce el zapateado con su circulación arterial y su ruido, pero el encontrarme con este sentido de expulsar, se han desplegado otras cosas más como consecuencia. En términos fisiológicos para completar la circulación sanguínea debe haber el retorno venosos, o la circulación venosa que es aquella que nos trae o recoge todas las toxinas al corazón para volver a oxigenar nuestra sangre. Es así, que al ir integrando ese recogimiento voy descubriendo movimientos en espiral que buscan un epicentro, que traen el espacio y el cuerpo hacia adentro. La espiral, será uno de los principios que me ha ayudado a poder equilibrar el efecto del zapateado en mi cuerpo, y el flamenco tiene muchas espirales (pero no solo el flamenco). Mi acto de memoria académica en el ballet clásico con el épaulement y la espiral del graham han venido a mi cuerpo permitiendo que mi cuerpo sea híbrido. Estoy jugando con los patrones estéticos que han colonizado mi cuerpo y busco hackearlos, busco jugar con ellos. En pocas palabras “ Saca a cuerpo a pasear: Estudio para uno.” se vuelve una experiencia, se vuelve una danza como resultado, no una danza como producto. Para que esto suceda partí de formular una práctica antecedente que denomine “código abierto”.

¿Cómo es un código abierto? ¿Qué es?. Creo no estas haciendo un poco de lío.

Si, lo sé es un poco de lío (ríe Bruno). Porque en realidad ¿cómo es que empieza todo?. Si recuerdas lo que he mencionado, lo que me ha atraído del flamenco es el zapateado; entonces me olvidé de los ritmos, las guitarras, los cantaores y me fui directamente a eso. El zapateado produce un telegrama, produce un pulso. Recuerdo en una práctica con Andreas Berchtold su análisis sobre los principios que el focklor aportaba a la subdivisión del pulso en el caminar. De ahí, ya teniendo cierta intuición decidí trabajar en esto mismo, en la identificación de un pulso musical para después subdividirlo en doble, en triple hasta su máxima posibilidad divisoria y también física; y de igual manera en desacelerar. Estuve probando en silencio, con música y encontré que podía coexistir con el espacio y la música, no solo el obedecerla.

La relación entre música y danza siempre ha sido compleja, mientras que el ballet clásico y las danzas folclóricas se apoyan en ellas, la danza posmoderna se emancipa de ella. ¿Crees que en este proyecto coexistes con ella?, ¿De que manera?.

Como mencionaba en la exploración del código abierto, trabajé también desde el silencio, lo aleatorio también fue algo que se propuso, lo tradicional o lo literal. Pero descubrí que tener una base ayuda a mantener un tono energético, ayuda a mi estar. En este caso la música que propongo se acerca hacia la percusión, una mezcla entre ritmos caribeños, afrodescendientes, jazz, los cuales por momentos ayudan a rompimientos y permiten que la convivencia con ella sea interesante.

Pero debo decir que en la constante práctica del código abierto me mantenía en un nivel de orden, es decir, existía la posibilidad de la subdivisión progresiva pero dentro de una regla. Entonces me preguntaba ¿cómo romper mis propias reglas?. Y pensé y probé, bueno puede ser en lo involuntario, en el descontrol, ya que esta la música que me ayudará a regresar a un orden. El descontrol lo relaciono con el desequilibrio en este caso la danza contemporánea ha explorado mucho en ese campo, pero siempre como efecto kinético y visual, pero no sonoro.

El probar el desequlibrio con el zapateado me ha hecho conectar con el “duende” del flamenco, esta experiencia dionisiaca que te lleva generar desde la no absoluta conciencia, desde lo anti minimalista, desde lo no pulcro, lo no apolíneo. En este caso, la experiencia junto a Lisa Janbell en su exposición sobre la improvisación desde las danzas afrocubanas y la santería me han llevado a conectar con algún trabajo anterior en donde había sido interprete. Y que me hacia reflexionar en que este concepto del “duende” no solo pertenece al flamenco, sino que es posible encontrarlo en otras danzas, sobre todo en las danzas no occidentales.

Duende y santería. ¿porque conectarlas?. ¿cómo llegas a este link entre ellas?

Debo aclarar que como artista me interesa mucho la perspectiva decolonial, últimamente he leído mucho a Franz Fanon, quien era un psiquiatra, filósofo y escritor caribeño de origen martiniqués cuya obra fue de gran influencia en los movimientos y pensadores revolucionarios de los años 1960, y que dentro de su texto “Los condenados de la tierra” habla sobre la necesidad de sublimación de la violencia que la gente esclavizada durante la época colonialista sufría, esto por medio de diversas maneras, entre ellas la danza. La danza que podría conectar con la religión católica siendo impuesta por los colonizadores, y que era un momento comunitario ideal para poder transmutar esa violencia ejercida sobre sus cuerpos. Para mi, encuentro en el duende esa manera de poder también sublimar la violencia que los pueblos gitanos aún en la actualidad sufren. Es así que por medio del desequilibrio, pero sin la religión y sin la violencia trato de reproducir ese estado en mi cuerpo. Tal vez puedo encontrar algo que aún desconozco de mi.

¿Pero esto no te lleva lejos del flamenco?

En efecto, me lleva a otro estado, a otra cosa que aún no puedo nombrar. Me lleva a algo bastardo que por fortuna me rebasa. Puede que Chauchat (2017) en su texto “Generative Fictions, or How Dance May Teach Us Ethics” cuando menciona a Barad y su teoría de realismo agencial, me ayuda un poco a mirar de manera compleja como se conecta todo lo que intento desarrollar en un tiempo tan breve de 10 minutos, en un espacio en concreto y en mi cuerpo. Siento eso mismo que transito por el zapateado y su circulación arterial, por la espiral del movimiento y su circulación venosa. Y que a través de sus consecuencias aún no soy capaz de determinar del todo. Lo que puedo experimentar durante el trabajo es sentirme no solo estar en el flamenco, sino que se revuelven muchas mas memorias viniendo a mi danzas folclóricas, danzas del campo, danzas de otras latitudes que tal vez solo observe, que tal vez solo bailé alguna vez. ¿Y si es que me aparto del flamenco?. Me parece muy bien.

¿Alejarse del flamenco no crees que puede que signifique un nuevo encriptamiento del lenguaje?

Claro que puede ser un nuevo encriptamiento si es que se sistematizará una forma de hacerlo. Gutierrez (2018) en su texto “Does Abstraction Belong to White People?”me deja bastante claro que esta capacidad de poder sintetizar la información y el mundo no es propia de los blancos. Sin embargo mi blanquiamiento como un artista que ha pasado por la academia europea, hace que mis bases de composición respondan a un orden occidental. Entrando en deba y el hecho de este tipo de manifestaciones como el flamenco, las danzas afrocubanas, y otras mas puedan categorizarse como “danzas del mundo” hace que el mecanismo de abstracción de otros pueblos o saberes se vea disminuido en la exotización por un orden no solo artístico, sino también por un orden económico, epistémico y político. Tal vez este último punto sobre mi acercamiento hacia lo político viene a tomar forma aquí. Ya que no me interesa representar una danza tradicional, me interesan los procesos que han ayudado a esas colectividades a poder concretar esas danzas. La única manera que encuentro (aunque existe el riesgo de una recostrucción antropológica) es hacer pasar mi cuerpo, y en un futuro a otros cuerpos por una experiencia cercana a los detonadores.

Me interesa bombardear el campo de la danza con otros saberes no occidentales, bombardear el concepto del “presente” que la danza postmoderna se ha apropiado y que ha usado para invalidar o disminuir otras danzas. Para mi, el zapateado es ese constante bombardeo a la precisión, a lo pulcro, porque irrumpe el espacio físico, a la tierra, al aire y a la carne para protestar mas no para complacer. A través de este trabajo he comprendido algo, y que rescato de la open lecture “Composition as Research” impartida por Juliette Mapp basándose en las aportaciones que Pauline Oliveros (2005) hace a partir del Deep Listening, diciendo que:

“Hearing is something that happens to us because we have ears -it is our primary sense organ. Listening is something we develop and cultivate our whole life, and maybe all of our lifetimes.

Listening is what creates culture. Listening is very diverse and takes many differents froms as cultures take many different forms.”

¿Crees que esta escucha te ha develado algo?

Claro que está escucha me ha develado mucho, esta escucha me ha develado que mi cuerpo se revela, lucha y sigue buscando motivos para seguir bailando, para seguir creando y sobre todo para seguir enseñando. En mi presente, casi por graduarme como pedagogo en danza. Esto hace replantearme desde que lugar deseo seguir transmitiendo la danza, desde que lugar quiero hacer mi danza y que está buscando mi danza.

Bibliografía:

Chauchat, A, (2017) Generative Fictions, or How Dance May Teach Us Ethics, Andersson, D, Edvardsen, M, Spångberg, M (ed 2017). POST-DANCE, publicerad av MDT 2017: Retrieved from: https://www.academia.edu/34819483/Generative_Fictions_or_How_Dance_May_Teach_Us_Ethics

(2018-01-29)

Fanon, F. (1961). The Condemned of the Earth. Rosario: Collective Ed. Ultimo Recurso.

Gutiérrez, M. (2018). Does abstraction belong to white people? Thinking the politics of race in contemporary dance. BOMB Magazine. Retrieved from: https://bombmagazine.org/articles/miguel-gutierrez-1/

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